El asado se come en La Tablita
En Pilar, la parrilla La Tablita se ha convertido en un lugar de culto. A orillas de la Panamericana, es un templo del mejor asado rústico criollo en pleno siglo XXI.
La Tablita inauguró un pequeño local allá por el año ‘83, vendiendo choripanes en una ruta que no es para nada la autopista que se conoce hoy en día. Con los años fue creciendo debido al boca en boca y hoy es una de las parrillas más conocidas de la zona norte del Gran Buenos Aires.
Atendida por Ricardo – dueño y parrillero-, La Tablita siempre tiene el fuego prendido y un asado recién hecho. No tiene una cartelería que llame la atención, ni tampoco la necesita. El asado es el caballito de batalla, seguido por las achuras y el matambre a la pizza. Sin embargo, los chinchulines se han hecho famosos entre los asiduos recurrentes.
Las porciones siempre son exageradisimas, pensando en camioneros y viajantes que ya la tienen agendada en sus GPS. Los fines de semana se recomienda llegar con antelación porque explota de gente.
Muy concurrida por la gente de la zona, que ha establecido con el lugar una relación especial, típica de esos lugares donde los mozos de toda la vida, te saludan por el nombre. Se puede comer en la barra y ver como se asa el costillar, en las mesas, afuera, o pedir sándwiches al paso.
Nada de decoración, no hay manteles ni vasos iguales, solo dos vinos (Carcasone y de la casa) y frío en épocas de invierno, pero la atención es rápida y constante, y los precios populares. Asado rústico, del bueno y cocinado por expertos. Algunos días hay cordero al disco, imperdible!
- *Se recomienda la tortilla de papas como acompañamiento.
- *No abre los lunes.
- *Sólo al mediodía.